
Sistema de grabación y reproducción de imágenes, acompañadas o no de sonidos, mediante cinta magnética u otros medios electrónicos. (RAE).
Aunque los albores de la grabación en vídeo se remontan a los años 20 del pasado siglo, no fue hasta tres décadas más tarde cuando se hizo la primera demostración en los Estados Unidos.
Los primeros magnetoscopios (año 1960) eran aparatos muy voluminosos y de bobina abierta. Con el tiempo, y aunque aún no se había inventado el casete, se fueron haciendo más pequeños, como el AMPEX de la imagen.
Autor: gunnar_maas. CC BY-SA 2.0

En un principio, el fin del vídeo era posibilitar la difusión de programas de televisión fuera del directo.

El magnetoscopio Betacam SP, de Sony (a la izquierda), era ya un sistema de vídeo con cinta casete, aunque todavía destinado al profesional.
Autor de la imagen: Tungd31.

El vídeo aplicado al rodaje de películas comerciales comenzó como una forma económica de previsualizar los planos antes de ser plasmados en el celuloide. Así, en la película del año 1960 «Bellboy», dirigida por Jerry Lewis, se utilizó por primera vez el llamado «Video assist», un sistema de vídeo cuya función era esa, previsualizar las imágenes rodadas por la cámara de cine, y antes de proceder al revelado.
A mediados de la década de 1970, del pasado siglo, se comenzaron a comercializar formatos domésticos de vídeo, con los que los usuarios podían grabar programas de televisión, y también ver películas comerciales en su propia casa.
Existió una pugna entre dos sistemas de vídeo doméstico (ya que el sistema «2000» de Philips quedó pronto en la estacada, a pesar de ser, quizá, el mejor de ellos): el VHS de JVC, y el Betamax, de Sony. Sin embargo, y aunque de calidad inferior, se impuso el sistema VHS.
Estos formatos propiciaron la existencia de esa especie de templos con paredes hechas de películas que eran los videoclubs.

Con un magnetoscopio, ya fuera del formato VHS, Betamax o 2000, el aficionado podía reproducir contenidos grabados de su televisor, y también películas comerciales. En el año 1983, Sony, con su Betamovie, inició el proceso de fabricación de cámaras, lo que supuso el auténtico relevo a las filmaciones en formato de cine de 8 mm o Super-8.

Cámara Betamovie.
David162se. CC BY-SA 4.0
A mediados de la década de 1990, se produjo la revolución digital con la llegada del formato DV (Digital video) y sus mejoras destinadas al campo profesional (DVC-PRO, DVCAM). Aparecieron otros formatos destinados al ámbito doméstico, o semiprofesional, como el Digital-8 y el miniDV. Para la reproducción de películas comerciales el formato DVD tuvo un gran éxito que aún continúa. Esto mismo no se puede decir de los formatos que intentaron sustituirlo, pero sin éxito, como el Blu-ray o el HD-DVD.
A comienzos del siglo XXI todas las cámaras eran digitales.

La Panasonic AG DVX-100 salió al mercado en el año 2002. Fue la primera cámara de formato miniDV en grabar a 24 fotogramas progresivos (no campos entrelazados) por segundo, lo que contribuia a la creación de una imagen más cinematográfica.
El formato DVD (Digital versatile disc) fue el sucesor de las cintas VHS en las estanterías de los videoclubs y en los sistemas de cine en casa.
Al mismo tiempo, el DVD, en sus formatos DVD-R, DVD+R, DVD-RW y DVD+RW, posibilitó aumentar la capacidad del CD (Compact disc) en la grabación y el almacenamiento de datos, audio y vídeo para los usuarios de ordenador.


Reproductor DVD.
Finn Nyman. CC BY-ND 2.0


Al poco de aparecer el DV, y a pesar de no tener aún una resolución HD, algunos directores comenzaron a realizar sus largometrajes con cámaras de este sistema. Es el caso del prestigioso director Lars Von Trier, quien produjo el largometraje «Los idiotas», con una cámara miniDV, la Sony DCR-VX1000. Era el año 1997.
A la izquierda podemos ver el tráiler de la película de Wim Wenders «Tierra de abundancia» (2004). Rodada con la cámara miniDV AGDVX-100, y distribuida en salas comerciales.
Además de esta incorporación de cámaras domésticas, o semiprofesionales, a la producción de largometrajes, fabricantes como Sony, Panasonic o Panavision sacaron al mercado líneas de cámaras de gran calidad, que trataban de emular las de cine de 35 mm. Es el caso, a partir del año 2001 de Sony con su CineAlta y de Panasonic con Varicam. A partir del año 2006 se incorporó también el sistema Panavision Genesis.
La incorporación de cámaras y sistemas digitales a la producción de largometrajes continuó siendo cada vez más importante, de forma que, en el año 2010, la mayoría de ellos eran rodados y distribuidos enteramente de forma digital.

Cámara CineAlta, de Sony.
Masaru Kamikura. CC BY 2.0
Aunque en la actualidad la gran mayoría de películas son rodadas con cámaras digitales, aún hay directores que continúan eligiendo y defendiendo hacerlo a la vieja usanza. Entre ellos se encuentran Christopher Nolan, Quentin Tarantino o Martin Scorsese.

Cartel de la película «Los odiosos 8» (2015) de Quentin Tarantino. En su esquina inferior derecha podemos ver un recuadro en el que se muestra la actitud del director.
En las cabinas de proyección de las salas de cine han desaparecido las grandes bobinas con película y el trabajo manual. Ahora las proyecciones se realizan mediante un disco duro llamado DCP (Digital cinema package), o bien vía satélite.
