



Sombras de un sueño
Las huellas del pecado
El camino
Una de nosotras

EL CINE POR DELANTE Y POR DETRÁS
A mí, siempre me gustó ver películas, pero desde niño me atrajo, también, lo que hay detrás de ellas y no se ve a simple vista, es decir, su técnica, su lenguaje
Aún conservo en mis estanterías algunos libros con los bordes de cada página llenos de dibujos. Estando en la escuela de primaria me ausentaba a veces de lo que se estaba tratando en clase para ponerme a hacer gran número de viñetas con acciones consecutivas. Pasando las páginas con los dedos, daba la impresión de que los dibujos cobraban vida, como esos de Warner Bross o Hanna-Barbera que devoraba a diario. El hacer esos dibujos con tan corta edad representó, sin duda, la temprana manifestación de toda una vocación.
A los catorce años tuve un tomavistas del formato Super-8, un sencillo Halina con el que pude aprender y experimentar mucho. Con él, además de filmar eventos de mi localidad, también hice mis pinitos contando historias de ficción.
Comencé a comprar libros, y a leerlos en la biblioteca, de cine amateur y no amateur. Uno del que guardo un cariño especial es el titulado: “Así se hace cine” de Tony Rose.

El hacer películas en Super-8, u otro formato amateur, permite poner en práctica todo lo esencial acerca de este oficio y arte.
Con la llegada del vídeo y, más adelante, de los ordenadores, se hizo mucho más sencillo el ponerse a realizar ese proceso creativo.
He realizado varios cortometrajes en vídeo. En el formato Hi-8, y con una Sony, hice un corto de humor titulado Por un puñado de kilos (1999) Lo edité utilizando un magnetoscopio VHS, lo que significa que existían limitaciones por todos lados, además de una pérdida de calidad al pasar lo filmado a un formato de vídeo algo inferior.
SOMBRAS DE UN SUEÑO
Con la misma cámara realicé el cortometraje Sombras de un sueño (2000), siendo los únicos añadidos a mi equipo técnico un micrófono direccional y un objetivo gran angular de la misma marca que la cámara. Este último, al final, apenas lo utilicé. El proceso de edición de este corto supuso mi transición a la imagen y sonido digitales. En principio, lo edité como el anterior, utilizando el magnetoscopio VHS, pero adquirí un ordenador por primera vez y lo edité con él. Tuve que hacerme con una tarjeta conversora analógico-digital para pasar el vídeo de la cámara al ordenador, concretamente, una DC-30 de Pinnacle.

El engorroso, caro y poco benevolente con el resultado final sistema de capturar el vídeo analógico a través de una tarjeta se vio superado con la llegada de las videocámaras DV (Digital Vídeo) a partir del año 1996. Con las cámaras ya grabando señales digitales sólo había que conectarlas directamente al ordenador con un cable y hacer una transferencia de datos. Dejaron de ser necesarias las tarjetas convertidoras, con lo que el proceso se hizo más sencillo, más económico y sin perder calidad de señales en el proceso.
LAS HUELLAS DEL PECADO

Con una DVX-100, de Panasonic, realicé el corto de terror titulado: Las huellas del pecado (2004), protagonizado por Manuel Fadón. En esta ocasión, además de contar con nuevos añadidos técnicos, trabajé por primera vez con actores profesionales.
La DVX-100 fue la primera cámara semipro en incorporar la exploración progresiva a 24 fps (fotogramas por segundo) de las imágenes grabadas, lo que permitía acercarse más a ese sueño de que la calidad de la imagen de vídeo se asemejara a la del cine. Su objetivo Leica y sus tres sensores CCD le permiten obtener excelentes imágenes dentro de la resolucion DV (720×576 píxeles). Por otro lado, mediante sus

dos conexiones XLR de audio, puede captar un gran sonido balanceado a través de micrófonos externos (con alimentación Phantom, la efectuada por la propia cámara, o sin ella).
La relación de aspecto del sensor de la DVX es de 4:3. Para conseguir un tamaño de pantalla panorámico (16:9), sin pérdida de resolución, Panasonic tenía a la venta un adaptador anamórfico, el LA 7200. Había otras formas de conseguir la relación de aspecto panorámico, pero consistían en un simple recorte de la imagen, lo que se traducía en pérdida.EL CAMINO
Mi siguiente cortometraje, en el que también interviene el actor Manuel Fadón, El camino (2008), quise rodarlo en 16:9, y decidí utilizar el adaptador anamófico, ya que era la única manera que me convencía. Rodar con él supuso todo un reto por los cuidados que había que tener a la hora de conseguir un buen foco, pero el resultado conseguido, a mi juicio, mereció la pena. En la producción de “El camino” puse en práctica, por primera vez, el efecto especial de la pantalla verde. Había unos planos en los que se tenía que ver a una niña y, al fondo, un tren que se abalanzaba hacia ella. Filmé a la niña delante de la pantalla de color verde y, luego, con el programa After Effects, quité ese color verde y puse el plano del tren. No quedó perfecto, pero sí resultó bien En el sendero imparable de los adelantos tecnológicos hicieron aparición las cámaras fotográficas que, al mismo tiempo, graban vídeo en full HD. Son las llamadas HDSLR, que traían consigo algunas características muy deseadas por los filmmakers de toto el mundo. Al contrario que las de vídeo, estas cámaras, al ser fotográficas, se les puede intercambiar los objetivos, con la versatilidad y capacidades creativas que esto conlleva. Además, gracias a un sensor de imagen de mayor tamaño que los que solían tener las vídeocámaras, se tiene un gran control de la profundidad de campo (la zona de la imagen que queremos que esté enfo
UNA DE NOSOTRAS
Con una HDSLR, la Canon 550 D, realicé el corto titulado Una de nosotras (2019) Utilicé un objetivo Carl Zeiss manual de 1,7 de apertura, lo que me posibilitó destacar a los actores con respecto al fondo y obtener unas imágenes de buena calidad. Los diálogos de las actrices (no había actores) los grabé a través de una conexión XLR con una grabadora de sonido.