Se suele decir que hay dos escuelas o formas de aprender a hacer películas. Una, los centros docentes especializados. La otra, coger una cámara y ponerse a rodar.
Con seguridad, ambas maneras tienen ventajas y desventajas. Desde mi punto de vista, estudiar en un centro puede quitar esa frescura y esa visión particular del que no necesita que le estén juzgando y aprobando cada cosa o movimiento que hace. Sin embargo, el ponerse a hacer cosas por propia cuenta es mucho más difícil y no se está, en principio, en contacto con otras personas que comparten el mismo interés por el cine.
Quien elige el sendero autodidacta hará bien en ver mucho cine y leer buenos libros, para luego lanzarse a experimentar con la cámara y el ordenador sabiendo que de él depende cuánto de lo que ha visto y leído le puede ser útil y cuánto no.
Existen grandes libros para aprender acerca de las variadas vertientes y oficios de que consta hacer cine. Los que añado aquí son algunos de los que más me han gustado y que recomiendo.