
En este artículo voy a realizar una breve exposición de esos formatos de grabación y reproducción de imágenes y sonido que a lo largo de los años han ido sucediéndose y que he podido experimentar por mí mismo.
La finalidad de algunos de estos formatos era la reproducción de música y películas comerciales. El de otros era la grabación por el usuario, y el de otros tanto la reproducción de contenidos comerciales como de la grabación personal.
Listándolos, sería algo así.
- Solo para reproducción. (Discos de vinilo)
- Solo para grabación. (8 mm, Hi-8, MiniDV)
- Para reproducción y grabación. (VHS, DVD, Super-8, Casete de audio).
DISCO DE VINILO

Analógico.
Eléctrico.
Lanzamiento: 1948.
Dimensiones: 30 cm de diámetro el LP, y 17,5 cm el sencillo.
Capacidad: 45 minutos un LP. 6 minutos el sencillo.
Finalidad: Distribución.
Se suele catalogar a los distintos formatos de grabación de sonido que han ido surgiendo a lo largo del tiempo en tres categorías: .



Los discos de vinilo pertenecen a la segunda de estas categorías, la eléctrica, pues sus microsurcos son grabados mediante la conversión de las ondas sonoras de la voz o instrumentos musicales en impulsos eléctricos. En la reproducción, la aguja “recoge” esos impulsos eléctricos y los transmite al amplificador y a los altavoces.
Es un medio de reproducción de música comercial, ya que el usuario, salvo excepciones, no podrá permitirse grabar en este formato.
Los discos de vinilo más populares son el “Long play (o LP)”, que gira a 33 revoluciones por minuto, y el disco pequeño (sencillo o single), que lo hace a 45.
Las dos caras de un LP pueden contener un máximo de 45 minutos de audio, lo que permite escuchar música sin tener que estar poniendo un disco cada poco, que es lo que ocurría con los “single”, con unos 3 minutos de audio por cada cara.
Hay sectores que defienden que el sonido del disco de vinilo es más natural y menos frío, aunque menos perfecto, que formatos de reproducción más recientes. Sin embargo, parece ser que lo que perciben como más natural consiste más bien en fluctuaciones, ruido de fondo etc.., inherentes a la naturaleza de esta forma de grabación y reproducción.
Al reproducirse el sonido mediante el roce de la aguja con la superficie del disco, los discos de vinilo son susceptibles de deteriorarse y de perder calidad, a lo que puede contribuir el polvo. En este sentido, son muy conocidos los rayones y también el sonido llamado de “fritura”.
A la hora de la limpieza de estos discos, es posible que la mejor forma de hacerla sea dejar a la aguja limpia recorrer los microsurcos, o sea, hacer su función.
El estuche de un LP, al ser de gran tamaño, nos brinda una buena etiquetación y presentación de la obra grabada.

También el estuche del sencillo era generoso en este sentido a pesar de su menor tamaño.
Los discos suelen venir envueltos en un plástico protector de la electricidad estática.
Además del tocadiscos de sobremesa, se produjo un pequeño aparato portátil llamado popularmente “comediscos”.
Super-8

Analógico.
Lanzamiento: 1965.
Imagen: Se calcula que la calidad de imagen en Super-8 es asimilable a la de una buena cámara del sistema MiniDV.
Sonido: Magnético, mayoritariamente.
Capacidad: 15 metros/3 minutos la película virgen.
Finalidad: Distribución y grabación.
El formato de cine amateur Super-8, lo mismo que su antecesor, el 8 mm, vio la luz principalmente como medio de poner en manos del aficionado algo que había sido reservado hasta entonces para los estudios de cine: poder realizar sus propias grabaciones.
Se vendían en cartuchos compactos para mayor comodidad y protección de la luz. Contenían 15 metros de película, lo que significaba una duración de unos tres minutos reproduciendo a la velocidad estándar de 18 fotogramas por segundo.
En un principio, la película virgen, los tomavistas y proyectores eran mudos, hasta que en el año 1975 la compañía Eastman Kodak comenzó a fabricar película con una banda de sonido magnético en uno de sus bordes para la grabación de sonido directo.
Nunca filmé con un cartucho Super-8 sonoro, y no puedo hablar de los resultados con sonido directo, pero lo que sí hice fue enviar por correo los rollos mudos filmados para que les fueran añadidas las pistas magnéticas de sonido.

Una vez hecho esto, la película se sonorizaba mediante las entradas de audio del proyector, como si fuera una cinta cassette.
El sonido así grabado ofrecía una buena calidad, aunque a veces se produjera algún chasquido o sonido no deseado.
Debido a la buena aceptación del formato, se produjeron gran cantidad de tomavistas y proyectores, tanto mudos como sonoros.
Algunas marcas muy conocidas fueron: Bell & Howell, Eumig, Bauer, Sankyo, Beaulieu, Bolex, Canon.
Existieron numerosos festivales destinados a la exhibición de películas en Super-8 realizadas por directores amateur.
Con posterioridad, se distribuyeron en este formato películas comerciales, ya fueran completas o resúmenes de ellas.
Yo recuerdo alquilar varios largometrajes sonoros y completos: El último tren de Gun Hill, Fin de semana sangriento, La batalla del río de la Plata, También los ángeles comen judías.

Venían divididos en tres o cuatro bobinas de 180 metros.
A pesar del inconveniente de tener que detener la reproducción en tres ocasiones, mi experiencia con estos largometrajes fue buena. Creo que nunca me causaron problemas.
AUDIO CASETE

Analógico.
Eléctrico.
Lanzamiento: 1962
Sonido: Magnético.
Dimensiones: 10×6,5×0,9 cm.
Capacidad: 30-120 minutos.
Finalidad: Distribución y grabación.
En la década de 1940 se inventó un aparato capaz de grabar y reproducir sonido en una cinta magnética, el magnetófono.
El magnetófono era de cinta abierta, ya que esta pasaba de una bobina a la otra de forma visible.
Con el tiempo, en 1962, se descubrió una manea más compacta de utilizar la cinta magnética, el casete. De esta forma, la cinta quedaba más protegida y era más cómoda de utilizar.
En un principio, la cinta casete se utilizó para el dictado y para la grabación de datos de ordenador, pero, a partir del año 1970, aproximadamente, se hizo muy popular, tanto para la grabación personal de voz y música como para la reproducción de música comercial.

Aunque más cómoda de usar, la cinta de un casete era más pequeña que la usada en un magnetófono, y la velocidad a la que se desplazaba era también menor, lo que tuvo como consecuencia menor calidad de audio.
Sin embargo, esto no impidió su gran éxito y popularidad.
Lo mismo que pasó en el caso de los discos de vinilo, también surgió un reproductor portátil de cintas casete, el “walkman”.
Encontré pocos inconvenientes en el uso de los casetes. Uno de ellos consistía en que a veces la velocidad de desplazamiento de la cinta variaba, y otro en que la cinta se quedaba, a veces, atrapada en el rodillo de transporte del radiocasete, lo que nos obligaba recurrir a un dedo o a un bolígrafo para volver a enrollarla en el casete.
El casete de audio, a diferencia de los discos de vinilo, no solo nos permitía reproducir en nuestra casa música comercial, sino también realizar nuestras propias grabaciones.
